lunes, 29 de noviembre de 2010

Never Know

Parece que ya no tengo cabeza [ni corazón]
para estar en la incertidumbre.
Aunque me encanta y la odio
ahora no la quiero.
Me hace pender de un hilo.
Oscilar ante la duda
de mi misma.
Decídete de una vez
con este tiempo
creo es suficiente.
Por qué la demora
Por qué los cambios
tan contrarios.
Ya me rindo
al intentar entender
definitivamente
no
lo
logro.
Me esmero.
En serio.
Pero no [y eso igual me encanta de ti]
porque hago una idea en mi cabeza
y puede ser todo lo contrario.
Contigo, nunca se sabe.
Espero.
Creo que puedo seguir esperando.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Por un rato

Sería bueno
mantener ese pensamiento
que me viene a veces
sobre la paciencia.
Quedarse
con esa sensación
de que tiempo
hay.
Esa idea
de que en realidad
no sabes nada.
Y todo lo que crees
es invento propio.
Esa emoción
de que la misma emoción
es correcta.
E x i s t e
Sería bueno
que a veces
las ilusiones
fueran verdaderas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sigamos moviendo la cola













Son 10 años. La década en que has sido mi mejor amigo, mi compañero de vida.
No puedo explicar la sensación de creerme tu madre.
Hasta te hicimos un bautizo, cuando llegaste. Un bultito peludo que cabía en mi mano.
Bruno.
Como el peluche que me dieron a mis diez años por siempre querer un perro y que todavía tengo.
Llegaste en el mejor momento de mis peores momentos.
Oportuno.
Bruno.
De ahí, comenzamos nuestro camino juntos. Te enseñé a saludar con la pata, a acostarte y, lo mejor, a ser siempre sonriente. El perro feliz.
Cuántas veces hemos nadado juntos. Casi te tiraste del balcón, pero no te atreviste estando en la punta. Te enseñé a bucear. Una piedra a más de metro y medio de profundidad. Eres único.
Cuántas siestas apoyada en tu lomo. Los dos en los mejores sueños.
Te enseñé a tener paciencia. Te pintamos, disfrazamos, usamos como caballo. Y tú, siempre feliz.
Cuántas veces me acompañaste a recorrer los parrones. Me ganaste más de una carrera.
Cuántas veces me has salido a recibir corriendo, feliz, moviendo la cola, esperando junto a la puerta del auto para que me baje rápido. Y ahora, te cuesta tanto hacer lo mismo.
Al revés.
Tú me enseñaste que conversar con un perro no es absurdo.
Me has enseñado lo que es la lealtad.
Me has enseñado lo que es que alguien te entienda sin decir palabra.
Me has buscando en los momentos que más he querido ser encontrada.
Me has estirado tu pata cuando he querido cariño.
De alguna manera, sabes cuando estoy triste. Incluso cuando tú estás mal, me mueves la cola y me haces cariño con tu pata cuando me sientes llorar.
Siempre me alegras. Me haces feliz. Me contagias tu alegría. Muevo la cola contigo.
Me gusta abrazarte y que apoyes tu cabeza en mi hombro.
Amo jugar contigo.
Me gustaría tenerte para toda mi vida.
Y hoy, verte así, sufriendo. No lo aguanto.
Ya te lo dije antes, pero te lo repito. Prefiero que partas a que tengas dolor. Te dejo ir. Y verte bien.
Saber que estás bien.
No soporto la idea de tu dolor. Me apartaste mi mano con tu pata para decirme que no.
Te quiero tanto que hasta no sabía cuánto.
Eres parte de mí.
Parte importante.
En las buenas, las malas, les mejores y las peores.
El día que no te vea, espero saber que estás mejor.
Te voy a extrañar. Tanto.
Ya extraño tu juventud. Tu vitalidad, que aunque te sientas terrible, está presente.
Te voy a extrañar.
Pero si te mejoras, el tiempo que quede lo aprovecharé más todavía. Sé que nos hemos aprovechado harto. Cada minuto. Pero quiero más tiempo. No te vayas todavía, querido amigo mío.
Gracias por esta década juntos. Por ser el mejor hijo. Mejor amigo. Mejor compañero.




lunes, 15 de noviembre de 2010

Ipso facto

Es como pisarle los talones a los días.
¿qué sientes antes?
No sé.
Pero siempre pienso después.
Acelerada, espero que la vida
me siga el ritmo.
Y no es así.
Entonces, se arrollan los actos en el camino.
Lentamente,
se van juntando bultos
en la ladera.
Y los bultos
de ahí
son obstáculos.
De mi acelerada vida.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Seamos

Sólo puedo pensar
en que quiero que te atrevas
no muerdo
sólo a veces
voy a dejarme sorprender
y espero que tú lo hagas
haz como yo
y revélate contra el pensar
sólo siente
lo que sientes
cuando tengas que sentirlo

lunes, 1 de noviembre de 2010

Promesa

Cuando ya no creía en la caballerosidad
bam!
te acordaste
me dijiste que lo harías
y ahora tengo una flor
o los 4 pétalos que en ella quedan.
No importa.
Está guardada y tal como te dije
pregúntame en cinco años
te apuesto que estará.
Gracias por ser un par
y hacerme sentir
errada
Parece que sí hay como los que yo quiero
pero demasiado escondidos
ocupados
o no interesados.
Pero están.
Ojalá nosotros nunca dejemos de creer en esos detalles
en la magia
en la sorpresa
en la vida en sí misma
tan patafísica.
Sé que yo no lo haré

una gota

una gota