martes, 29 de junio de 2010

ILUMINACION

Yo me ducho con música. De lo contrario, soy un ogro y mi día no funciona.
Era un martes en la mañana, como a las 10. Desperté algo triste, creo que fue por lo que soñé, que ahora no me acuerdo.

Enchufé el equipo y lo prendí. Es el mismo cd todos los días. Me desvestí. Mientras me duchaba, quería que el agua limpiara el estrés que mi cuerpo absorbe. Me demoro tres canciones, cuando me lavo el pelo.

Terminé.

Estrujé mi pelo y agarré la toalla. Me envolví en ella y pasé mi mano por el espejo, empañado. Ya sonaba la cuarta canción, la número 20. Las escucho en desorden. Esa canción siempre la he pensado para Matías. En realidad, es otra de ese mismo cantante que es de “nosotros“, o más bien, era. Pero esa también me recordaba a él. Y me apenaba.

Es en inglés, pero su coro dice “dime que abrirás tus ojos“. Cada vez que la escuchaba, me daban ganas de llorar, y, de hecho, alguna lágrima caía. Nada explosivo. Sólo una tristeza sobrecogedora que se acompañaba de recuerdos. Cuando me ducho, normalmente me la salto. Porque arruina mi ánimo del momento.

Bueno, ese martes, la escuché. Y la escuché con atención. Mientras la cantaba, me di cuenta de algo que nunca había pensado. Esa canción no es para Matías, es para mí. Yo soy la que tiene que abrir los ojos. Vivo, pero no disfruto de la vida. Me quejo a cada rato. Y lo cierto es que tengo todo para ser feliz, todo.

Mi familia es increíble, cercana, cálida, sana. Mis amigos están ahí siempre, nos reímos cada vez que podemos. Estoy estudiando, ya terminando. Tengo planes. Tengo sueños. Grandes sueños. Voy a viajar, estoy segura de ello. Estoy sana. He tenido relaciones tan lindas. Tengo buenísimos recuerdos. Malos también, pero he aprendido de ellos.

Eso creo que es lo mejor: he aprendido.

Es el momento preciso, exacto, para pararme y hacer.
Every minute from this minute now
We can do what we like anywhere“

Si me quedo sentada, las cosas no llegan por sí solas. Si me quedo sentada, no voy donde pretendo. Si me quedo sentada, estoy esperando y yo no espero. Si me quedo sentada, busco algo que probablemente no encontraré.

Me dije: tengo que abrir los ojos. Basta de ceguera autoimpuesta, porque esta vida tengo que vivirla, como quiero hacerlo.
Entonces me exigo: párate, levántate y aprovecha.
Porque la vida es AHORA.

2 comentarios:

una gota

una gota